La higiene es un factor muy importante en el cuidado del bebé. Pero en ocasiones, no es tan fácil como creíamos o parecía, por eso, te vamos a dar una serie de consejos para que sepas cómo puedes limpiar la carita de tu bebé de forma fácil y segura.
El mejor momento para asear la carita del bebé es aquel momento en el que se encuentra más relajado, por eso después del baño es quizás el mejor momento para hacerlo.
En primer lugar, para limpiar la cara de tu bebé, pásale una gasa mojada por su carita o bien, una esponja suave húmeda o una toallita especial. Limpia la carita del bebé siempre de arriba hacia abajo, con mucha suavidad. Es imprescindible pasar más detenidamente por los orificios nasales, para limpiar algún moquito que le haya quedado. Si el bebé estuviera más congestionado, lo ideal será hacer uso de una pera extractora. Y si tu bebé tiene la nariz irritada de limpiarle, puedes aplicarle un poco de crema hidrante en las aletas de la nariz, esto le calmará la piel irritada.
Cuando llegamos al momento de lavar sus ojos, hemos de recordar que los ojos de los bebés son especialmente delicados, por eso necesitan de un cuidado especial. Para limpiar los ojos de los más pequeños es aconsejable usar una gasa esterilizada y empaparla con suero fisiológico, sino dispones de suero, puedes sustituirlo por agua templada, previamente hervida. Pasa la gasa suavemente sobre el ojo del bebé, hasta eliminar por completo las legañas. Para quitarle las legañas mejor hacerlo hacia abajo y sin presionar demasiado. La forma de limpiarlo será desde la parte de lacrimal hacia el rabillo del ojo. Recuerda que cada ojo llevará su gasa, y nunca debes usar la misma para los dos ojos, pues si alguno presenta alguna infección puede contagiar al otro.
Si acabamos de sacar al bebé del baño, es importante asegurarnos de que le secamos bien los oídos. Hay que poner especial atención en los pliegues, en los que se pueden quedar gotas de agua. Si nuestro pequeño tiene demasiada cera no debemos intentar sacársela con bastoncillo ni introducir nada dentro, como máximo, intentar limpiarle la que está en la zona de más hacia fuera con una gasita o un hisopo. Recuerda que es normal que presenten abundante cera, necesaria para proteger el oído medio e interno de las infecciones externas.
Tras limpiar la cara del bebé, y aunque tu bebé aún no tenga dientes, hay que cuidar su boca desde bien pequeñitos para que los futuros dientes salgan sanos. Por eso, es recomendable que después de la última toma de día del bebé, pasar una gasa esterilizada con suero por las encías y dientes. Ahora que ya sabes cómo limpiar la cara de tu bebé, ¿a qué esperas para ponerlo en práctica?