Según los médicos y especialistas, hay que acudir una vez al año, como mínimo, al ginecólogo para hacernos una serie de pruebas, para comprobar que todo está en perfectas condiciones. ¿Alguna vez te has preguntado en qué consisten estas pruebas? ¿Para qué sirven la citología, histeroscopia o la ecografía vaginal?
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Citología:
Realizada en pruebas ginecológicas, la Citología es una prueba indolora, aunque las molestias que provoca pueden variar en gran medida de la zona en la que se vayan a extraer las células. De este modo, la Citología más molesta sería la citología endometrial, indicada en pacientes que con menopausia siguen sangrando. Entre los factores que pueden aumentar las molestias resultantes de las pruebas de Citología son: presencia de inflamación, infección o la estrechez vaginal.
¿Pero qué es la Citología? La Citología es un estudio microscópico de las células del aparato genital. La muestra se puede obtener de cualquier parte, pero los métodos varían. La Citología más frecuente es la Citología Vaginal, pero también se practica en la vulva, el endometrio (capa que recubre el interior del útero), en el ovario o en la mama. La Citología es la prueba de detección para cáncer de cuello uterino.
Los exámenes de detección deben empezar hacia los 21 años de edad. Después del primer examen, deberás hacerte una citología vaginal cada dos años para buscar cáncer de cuello uterino. Si ya tienes más de 30 años o tu citología vaginal ha sido negativa durante tres veces consecutivas, el médico puede decirte que sólo necesita una citología vaginal cada tres años. Si has cambiado de pareja, debes hacerte una citología vaginal cada dos años.
Después de la edad de 65 a 70 años, la mayoría de las mujeres pueden dejar de hacerse citologías vaginales siempre y cuando hayan obtenido tres resultados negativos en los exámenes dentro de los últimos 10 años. Del mismo modo que en el caso anterior, si tienes un nuevo compañero sexual después de los 65 años, debes empezar a hacerte la citología vaginal nuevamente. Si alguna vez te han practicado una histerectomía total (extirpación del útero y cuello uterino) y no has tenido ninguna citología anormal, cáncer de cuello uterino u otro tipo de cáncer de pelvis, posiblemente no necesites realizarte más citologías vaginales.
Histeroscopia:
La Histeroscopia se utiliza para ver el interior del útero. Para ello, se introduce una sonda de unos tres o cuatro milímetros de grosor que porta un sistema óptico, con la que se observa el interior de la cavidad uterina, bien de forma directa o conectándole una cámara que muestra las imágenes en un monitor. Antes de comenzar la prueba hay que dilatar la cavidad uterina, para lo que se emplea CO2 o líquidos (suero salino, Dextrano, solución de glicina).
Con esta prueba se estudia el endometrio, la capa interna del útero. Por eso se suele hacer cuando la mujer padece alteraciones del ciclo menstrual, problemas de fertilidad o para detectar malformaciones de esta cavidad.
Ecografía Vaginal:
Para realizar una Ecografía Vaginal se introduce una sonda exploratoria a través de la vagina para ver el aparato reproductor. Se utiliza la Ecografía Vaginal para observar los ovarios, el útero, el endometrio, etcétera. Gracias a esta prueba, se pueden detectar tumores ováricos, uterinos, alteraciones del endometrio, pólipos, malformaciones, etc. La Ecografía Vaginal no es una prueba molesta y se emplea normalmente en estudios de infertilidad. Es una prueba diagnóstica imprescindible ante la sospecha de patología en el útero o los ovarios.
Biopsia:
Únicamente, en aquellos casos en los que el ginecólogo considere que alguna de las lesiones detectadas en el útero es atípica, extraerá una pequeña muestra de la misma para, posteriormente, analizar sus características en el laboratorio. La Biopsia del cuello del útero se lleva a cabo sin anestesia (ya que en esta zona las terminaciones nerviosas son escasas). Después de la prueba se puede producir un pequeño sangrado.
Colposcopia:
La Colposcopia es la observación detallada del cuello del útero, paredes y entrada de la vagina mediante un aparato, llamado colposcopio, formado por un sistema de lentes. Este colposcopio permite detectar, precozmente, lesiones en el cérvix. Se trata de una prueba indolora que, no obstante, puede provocar alguna molestia.
Esta prueba deberán realizársela aquellas mujeres con sospecha de contagio o con presencia del virus del papiloma humano. Recientemente se ha introducido la vacuna contra este virus, incluso de forma gratuita para las adolescentes. La capacidad de prevención de la enfermedad de este vacuna es cercana al 100%.
Recuerda que ante una consulta ginecológica se aconseja:
– Evitar las relaciones sexuales 24 horas antes de la consulta.
– No acudir a la consulta los días de la menstruación.
– No usar óvulos vaginales en los tres días previos a la prueba.
– Evitar los lavados vaginales.
– Informar a su ginecólogo sobre los tratamientos que esté siguiendo (anticonceptivos, hormonas, anticoagulantes) y de la presencia de enfermedades infecciosas.