A la hora de elegir una guardería donde dejar a nuestro niño, debemos valorar diversos criterios. Una guardería debe cumplir la función de centro educador y no ser meramente una especie de parking de niños. En este sentido como padres debemos informarnos acerca de varias guarderías y elegir la que se adecue mejor a criterios generales de atención al niño, educación y comodidad. Cuando hayas encontrado una buena guardería, si no tienes prisa, será preferible que esperes a la primavera para empezar a llevar al niño, ya que así disminuirá mucho el riesgo de contagio de enfermedades que existen durante los meses invernales.
A veces, los padres nos vemos obligados a llevar a los hijos a la guardería a edades muy tempranas, debido a nuestras necesidades laborales y otros factores, que no nos dejan más opciones. Aunque esto no tiene nada de malo, sería recomendable que considerásemos otras formas alternativas de custodia, ya que llevar al niño a la guardería antes de que cumpla el año de edad tiene ciertos inconvenientes, como por ejemplo el alto riesgo de infecciones. De hecho, sería preferible esperar hasta los 18 meses o los 2 años para llevar al niño a la guardería. Por otro lado, lo positivo de una guardería de calidad es que puede ayudar a equilibrar la alimentación del niño, disminuir la posibilidad de accidentes domésticos e incluso mejorar la atención del niño cuando éste procede de una familia desestructurada.
¿Cómo valorar la calidad de una guardería?
Además de hablar con los responsables del centro, trata de contactar con otros padres que lleven a sus hijos a la misma guardería para averiguar detalles del funcionamiento interno.
Examina con atención las instalaciones, si es posible en plena actividad -aunque esto no suelen permitirlo-, y fíjate en los siguientes detalles:
La superficie recomendada para cada niño es de al menos 4 m² en menores de un año, 3 m² entre el año y los 2 años y 2,5 m² entre los 2 y 3 años.
Los lavabos tienen que estar adaptados a niños y deben contar con una zona habilitada especialmente para el cambio de pañales.
Se recomienda que haya un lavabo para cada 10 niños, patio exterior, buena ventilación, temperatura agradable y mobiliario adaptado.
Debe haber sistemas de prevención de accidentes, como enchufes de seguridad, limitadores de la temperatura del agua, protecciones en puertas, escaleras y ventanas, y dispositivos que impidan el acceso a la cocina, botiquín y armario de productos de limpieza.
Los juguetes y el material educativo deben ser de calidad y estar en buen estado de conservación.
La relación máxima cuidador/niño recomendada es de 1 cuidador para cada 7 niños menores de un año, 1/10 entre el año y los 2 años y 1/18 entre los 2 y 3 años. Evidentemente, cuanto menor sea la densidad de niños en la guardería mejor será la calidad, aunque probablemente esto también influirá en el precio.
Los niños deben estar separados por edades y, si es posible, los matriculados recientemente deberían formar parte del mismo grupo.
Habría que poder evaluar -aunque no es fácil- la formación, personalidad y continuidad de los cuidadores. Una buena relación con ellos también es básica tanto para estar informados de todo como para poder confiar en que las cosas se harán como es debido en caso de urgencia o emergencia.
El equilibrio nutricional de los menús y el control sanitario de la guardería también es muy importante. Averigüe detalles al respecto e infórmese acerca de las normas de higiene, protocolos de urgencias, controles del estado de vacunaciones, posible existencia de un pediatra adjunto y otros aspectos similares.
No olvide preguntar obviedades, como por ejemplo los horarios, periodos vacacionales, precios por horas extra, etc. Y procure que la ideología general del centro concuerde con la suya propia.