Una de las dudas más comunes entre los padres primerizos es si sabrán qué necesita su bebé cuando comience a llorar, si realmente sabrán satisfacer sus demandas. Los bebés lloran desde su nacimiento, hasta que empiezan a hablar o expresar aquello que quieren, ya que es su principal herramienta para comunicarse y contar lo que quieren, del mismo modo, usarán el llanto cuando les pasa algo o simplemente, cuando quieren estar con nosotros. Por eso, si tu bebé ha empezado a llorar, no tienes que desesperarte, poco a poco sabrás lo que quiere o necesita tu bebé según su forma de llorar.
Al principio, es normal que cualquier lloro nos ponga en alerta, pero poco a poco iremos conociendo los tonos que utiliza nuestro bebé para comunicarse con nosotros en cada caso. Unas veces llorará por hambre, otras porque se sienten molestos o les duele algo, pero otras muchas será porque están aburridos o quieren estar con nosotros.
En el momento de atender al llanto del bebé es de vital importancia hacerlo con tranquilidad, ya que de esta forma no nos bloquearemos y podremos buscar soluciones más rápidamente. Recuerda que ponerse nervioso no ayuda a nada, y lo único que conseguirás con esa actitud es contagiar al niño la ansiedad, haciendo que se desespere, a la vez que te impedirá dar con una solución adecuada e inmediata. Es muy importante recordar en todo momento, que los bebés lo imitan todo, también las emociones que se les trasmite con gestos, palabras o frases.
Los bebés llorando expresan sus emociones, y no es hasta los dos o tres años de edad, cuando comienzan a hablar y entran en la etapa del no (negación a todo) cuando los lloros se traducen en rabietas. Todos los niños pasan por etapa de negación, es su forma de aprender qué pueden y qué no pueden hacer. Es el momento en el que los más pequeños de la casa, aprenderán si su comportamiento es adecuado, reforzándose con la negación. Para enseñar al niño a entender qué es correcto y qué no lo es, como padres debemos desatender el lloro del pequeño si la conducta es inadecuada. Esta es la única forma correcta para que el pequeño aprenda lo correcto.
Llegada la etapa de las rabietas, hemos de aprovechar el momento para aprender a poner límites y normas a nuestro bebé. Lo ideal no es sólo reñir o castigar aquellos comportamientos negativos, sino también alabar y ensalzar los buenos comportamientos, es decir, aquellos que queremos que repita. La única forma de hacer que un comportamiento desaparezca es ignorarlo. Esta misma regla de reforzar el comportamiento positivo o adecuado es válido para niños más mayores, tanto hasta los seis años de edad, como aquellas etapas posteriores, en las que ya empieza con la adolescencia, en la que nuestros hijos seguirán teniendo algunos conflictos, propios de la edad.